Una invitación divina

Juan 17 registra la última oración de Jesús antes de ir al huerto de Getsemaní, donde clamó a Dios antes de su crucifixión. No tenemos que preguntar qué sentía Jesús antes de ser molido por nosotros. Su deseo se expone claramente en Juan. Él abre su corazón y nos permite oír los momentos más íntimos de su vida en la tierra. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos. (Juan 17:24-26) Estas frases contienen la auténtica razón por la cual usted fue creado y presentan una invitación a conocer a Dios íntimamente: a conocerlo realmente y estar cerca de su corazón. En la primera petición a su Padre, Jesús pide estar...