Yo lo tienes

Existen muchas cosas que no podemos percibir por nuestros sentidos físicos. Por ejemplo, hay señales de televisión donde quiera que estés ahora mismo. No las puedes ver ni oír, pero están ahí. Todo lo que tienes que hacer es encender el televisor y sintonizar la señal y entonces veraz y oirás que ellas existen.

La señal no comenzará a transmitir cuando enciendes el televisor; ya estaba siendo transmitida antes de que sintonizaras. Cuando sintonizas es cuando comienzas a recibir. Del mismo modo, el Señor ya te ha bendecido con todas las cosas. Tal vez tu vida no refleja eso, pero no es porque el Señor no haya dado, es porque no has recibido.

Si tu televisor de repente se pusiera en blanco, ¿qué harías? ¿Contactarías de inmediato la estación y les sugerirías que arreglaran su transmisor? No lo creo, revisarías el televisor. Sin embargo en el ámbito espiritual, los cristianos están constantemente pidiéndole al Señor  que arregle Su transmisor en lugar de pedirle a que trabaje en sus receptores.

Si no ven una manifestación instantánea de su sanidad, automáticamente suponen que Dios no los ha sanado. Rara vez toman en cuenta que tal vez es su recepción la que es el problema.

(De Andrew Wommack - Vía Paul-Anabella Lewin)

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