¿Qué significa "el perdón"?


Muchas personas que aman a Dios y que anhelan hacer su voluntad quedan atrapadas en una trampa mortal de “falta de perdón”. No es que no entiendan que deben perdonar, o incluso, no es que no saben que si ellos no perdonan se descalifican a si mismos del perdón de Dios Padre. No son personas que ignoran las consecuencias que la falta de perdón puede traer a sus vidas, sea en el área espiritual, emocional, o en su salud física. Entonces ¿por qué les cuesta a tantas personas preciosas y de gran valor llevar a la practica lo que Dios les pida si saben que es para su propio beneficio?
Creo que la mayoría de los cristianos sabemos mucho sobre el perdón pero también creo que tenemos muchos conceptos equivocados sobre el. Creo hasta en algunos casos, que nos han enseñado mal sobre lo que significa el perdón, lo que produce el perdón y como sé si realmente he perdonado. El mal entendimiento sobre el perdón solamente perjudica a las personas robándoles de una vida de disfrute. Las creencias equivocadas llevan a una conclusión equivocada o un resultado equivocado. Entendiendo el perdón desde su fuente, quien es Dios, nos permite no solo entender los principios relacionados al perdón sino también entender la misma naturaleza del perdón. En este artículo vamos a mirar dos aspectos importantes del perdón y como estos, llevados a la práctica nos ayudan a disfrutar de una vida plena.

El perdón no cambia a la persona que cometió la ofensa pero si produce un cambio en la persona ofendida.

Creo que una de las trampas más grandes relacionadas al perdón es el concepto que al perdonar, la persona que cometió la ofensa va a cambiar. En la mayoría de los casos esta es una creencia inconsciente pero igualmente presente en muchas personas que perdonan a otras. La realidad es que perdonar a otra persona no significa que esa persona va a cambiar su parecer, su actitud o conducta. Muchas personas que han sido heridas por otras se esfuerzan mucho para dejar su dolor y decidir perdonar solamente para volver a tomar el dolor y la ofensa cuando ven que la persona no cambia y sigue con la misma postura. ¿Por qué? Porque inconsciente dentro de ellos está la ilusión o creencia que su perdón va a hacer reaccionar a otra persona provocando un cambio en ella. Cuando esto no sucede, se desilusionan y el dolor de la ofensa vuelve.
Si queremos perdonar realmente de corazón y vivir los beneficios que esto trae vamos a tener que aprender perdonar desde el entendimiento de la naturaleza de Dios. En el libro a los Romanos se revela el estado de nosotros cuando Dios tomó la iniciativa de no solo perdonar sino de proveer la vía para una reconciliación con Él. Dice que éramos débiles (incapaces de salvarnos o cambiar nuestra naturaleza), éramos pecadores (personas que continuamente fallaban el blanco y sin posibilidad de acertar al blanco por nuestra misma naturaleza) y éramos enemigos de Dios (Romanos 5). Sin embargo, Dios tomó la iniciativa de perdonar y proveer el rescate para toda la humanidad. El perdón de Dios no garantiza un cambio en toda la humanidad ya que muchos siguen creyendo que van bien y que no necesitan ningún cambio. El perdón de Dios si abre la posibilidad de un cambio individual como relacional.
Nuestro perdón no se fundamenta en si el otro va a cambiar o no, sino en el amor de Dios que fue derramado por mí y en mí y me capacitó a perdonar a personas que están en el mismo estado que estuve yo con Dios, débil, pecador y enemigo. Perdonamos porque fuimos perdonados cuando estábamos en un estado de no merecer el perdón y este perdón fue otorgado sin garantía de nuestro cambio.
Cuando logramos perdonar desde la naturaleza de Dios, no cometemos el error de tener expectativas falsas sobre el cambio que esperamos en la gente. Perdonamos porque fuimos perdonados y ese perdón nos permite vivir libre de las decisiones de los demás. Cuando perdonamos esperando cambios en los demás, inconscientemente estamos perdonando condicionalmente y cuando las condiciones no se cumplan, quitamos el perdón que habíamos ofrecido, se vuelve los malos recuerdos juntamente con el dolor y se abre la herida que habíamos determinado cerrar. Perdón es una determinación de nuestra voluntad y siempre traerá beneficios a nuestras vidas cuando perdonamos desde la naturaleza de Dios.

El perdonar no significa amnesia.

Amnesia es perdida de la memoria. Mucho se ha dicho sobre el perdón y el no recordar. Muchos han enseñado que si realmente hemos perdonado entonces no vamos a recordar más a la ofensa. Vamos a mirar lo que Jesús dijo en Mateo 18:22. Jesús dice a sus discípulos que deben perdonar hasta setenta veces siete y en Lucas 17:4 dice que “si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo, Me arrepiento; perdónale.” Obviamente si Jesús está haciendo referencia a la necesidad repetida de perdonar a la misma persona su ofensa y aún en un mismo día, no está enseñando que para perdonar de verdad, se tiene que olvidar. ¿Cómo puedo tener noción de las repetidas veces que he perdonado si no recuerdo la ofensa en sí? Con esto no se refiere tampoco de llevar un registro de la cantidad de veces que perdonamos; Jesús está ayudando a sus discípulos entender un principio en cuanto amor, perdón y relaciones. Amar y perdonar son principios espirituales del reino de Dios y van más allá de un hecho o hechos, contados o innumerables. Están fundamentados sobre la misma naturaleza de Dios que expresa su corazón para la humanidad y revela su voluntad.

En las dos citas que vimos podemos ver varias verdades y enseñanzas que Jesús nos está marcando para que entendamos
1. Que aún cuando alguien dice que se arrepiente, puede que vuelva a cometer la misma ofensa. Lucas 17:4
2. Puede ser muy posible que cometan la misma ofensa, varias veces y aún en el mismo día. Lucas 17:4
3. Siempre va a haber tropiezos, pero debemos tener cuidado que estas ofensas no vengan a través de nosotros mismos. Mateo 18:7
4. Que cuando llega al hecho de perdonar, si bien no hay un límite para el perdón, tampoco hay amnesia. Jesús mismo hace referencia que se debe perdonar la misma ofensa muchas veces y esto significa que tengo memoria que he perdonado el mismo hecho antes en el pasado. Entonces ¿cómo tratamos ese tema?

Dios no tiene amnesia pero sí Dios determinó no traer a la memoria nuestros pecados y nuestras ofensas y esto es distinto que olvidar. Cuando perdonamos de corazón, determinamos no traer a memoria la ofensa de la persona ni culparla por algo del pasado. Lo que debemos considerar y evaluar en nuestras propias vidas, es lo siguiente; cuando una ofensa del pasado quiere tomar un lugar en mi memoria del presente ¿qué es lo que este recuerdo produce? ¿Produce dolor, ansiedad, tristeza, enojo o otras emociones negativas? y segundo ¿qué hago yo con el recuerdo? Aunque un recuerdo quiere ocupar tu mente o la meditación de tu corazón, tu tienes el dominio propio para elegir no ocuparse más de el. Somos responsables ante Dios por lo que permitimos ocupar nuestra mente.
No debemos estar cargando con dolor por ofensas pasadas. A veces escondemos el dolor tapando un recuerdo en vez de sacar el dolor resolviendo la ofensa en nuestro interior. Si recuerdo un hecho del pasado, debe ser sin dolor y en seguida debo tomar la determinación de sacarla de la meditación de mi corazón ya que no tiene más mérito en mi vida. El perdonar de corazón es determinar elevar los valores del reino y el valor que Dios ha dado, tanto a mí como a los demás por encima de mi mismo. Es establecer el valor del reino sobre mi vida en esta tierra. Valoro más vivir en paz y en libertad que vivir atada a una persona que me ofendió y vivir bajo el dictamen de un dolor, el rencor o la amargura.
Resolver una ofensa para que no tenga autoridad o dominio sobre mi vida es determinar desatarme. Mientras emociones negativas de una ofensa siguen activas en mi vida, estoy atada a la persona y el hecho que los provocó. Mi vida, en muchos aspectos está limitada por la persona que me ofendió. Decisiones tan sencillas como “donde me voy a sentar”, “si voy o no, a un cumpleaños de un pariente o un amigo” o “donde voy a comprar la carne” muchas veces están determinadas según el posible encuentro con mi ofensor. Tu tiempo y como lo usas está ligado a cuanto disciplino tienes en no volver a meditar sobre la misma ofensa. Sin darnos cuenta, pasamos mucho tiempo haciendo el “replay” de los hechos y las palabras generando más emociones negativas que perjudican nuestra efectividad como hijos de Dios.
Las emociones negativas que se manifiestan con el recuerdo de algo son la muestra de ofensas no resueltas. Pero no siempre el recuerdo de una ofensa significa que hay falta de perdón, simplemente se debe asegurar que en seguida se lleve todo pensamiento cautivo a la obediencia a Cristo, sujetándolo a las verdades y principios de la Palabra.
Perdón permite que el ser humano viva libre de la culpa y condenación de sus equivocaciones, errores y pecado. También permite vivir libre del dolor de ofensas cometidas contra uno. El perdón es necesario para la salud espiritual, mental, emocional y relacional de cada persona. Así que podemos ver que el tema del perdón es un tema importante para una vida saludable y para una vida cristiana de continuo avance.

Maestra Kimberly Angulo
[Maestra Kimberly Angulo, es la pastora principal junto a su esposo, el apóstol, Martín Angulo de la iglesia Cosecha mundial en Olavarría, Bs. As., Argentina, es conferencista internacional en temas vinculados a liderazgo en general, ha escrito varios informes y redactado trabajos para medios radiales, televisivos y por internet de temas diversos. es además empresaria y está radicada en Olavarría junto a su esposo y sus 4 hijos]

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