Salir del círculo

Si te sientes atrapado en algún callejón sin salida, la mejor solución es que salgas de ese círculo.

Quién no ha hablado alguna vez de los círculos viciosos, aquellos de los que nos cuesta salir y que, al por aplicar las mismas conductas y soluciones, siempre obtenemos el mismo resultado.

Por tener la sensación (o la certeza) de estar atascado, es bien probable que estés inmerso en un círculo de este tipo.

Déjame darte unos ejemplos sobre lo que me refiero:

Discutes bastante con tu pareja. Sabes que si le contestas mal y él o ella te contestan agresivamente, lo mejor sería bajar los decibeles en ese momento, tal vez irte y entablar una conversación cuando las aguas se hayan calmado. Pero no, le contestas en mal tono nuevamente, y siguen así sucesivamente en esa escalada que parece no tener fin.
No logras que tu hijo adolescente ordene su cuarto. Ya le has dicho una y mil veces que debe hacerlo… y has obtenido una y mil veces la misma respuesta (o falta de respuesta, en realidad, a tu pedido).
Trabajas fuera de hora porque no atinas a decirle alguna vez a tu jefe “hoy no puedo” o “lo veo mañana a primera hora, si no es urgente”. Te repites que la próxima vez lo harás… y ese día nunca llega.
Deseas encontrar una pareja pero cada vez que estás cerca de lograrlo, tus miedos o tus experiencias pasadas no resueltas afloran y te juegan en contra. Igual, no era “la persona” o “por algo pasaron las cosas” o “no nací para estar en pareja” o la excusa que se te venga en mente en ese momento.
Parece demasiado obvio que si hacemos siempre lo mismo, usamos idénticas palabras y repetimos las actitudes una y otra vez, nos encontraremos ante el mismo escenario no deseado. Te propongo que salgas del círculo. Empieza a intentarlo durante solo 24 horas y verás las sorpresas que te llevarás tú… y quienes te rodean.

Mañana, desde que te levantes hasta que te acuestes por la noche, haz cosas distintas. Rompe las rutinas. Usa tu imaginación para dar respuestas diferentes, para tomar caminos antes no transitados. Anímate a dejar salir a tu propio yo: en todas las situaciones que se te presenten, imagínate un círculo y visualiza la manera de salir de él. Con tu elegancia y tu altura para tratar los temas. Si quieres, también puedes imaginar que eres otra persona la que decide y toma decisiones, alguien a quien admires, por ejemplo, y habla y decide por boca de ese ser, tal como él o ella lo harían.

Juega, intenta, piensa, déjate fluir, disfruta. Haz todo distinto. Solo por un día. ¡Y después me cuentas!

¿Estás list@ para salir del círculo?

Merlina Meiler
MejoraContinua

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