Las malas actitudes dañan las buenas obras
¿Alguna vez has vivido la experiencia de comprar en algún lugar donde el vendedor pareciera odiar su trabajo, odiarte a ti y odiar tener que atenderte? ¿O has ido a un restaurante donde el camarero es tan malgeniado que has preferido comer simple y usar tu pañuelo antes que llamarlo para pedirle un salero y una servilleta? ¿O puedes recordar a esos profesores que en lugar de motivar y ayudar a sus alumnos a aprender y superarse parecían disfrutar hasta con una risita macabra de hacerles perder la materia? ¿O alguna vez te ha tocado un médico regañón que en lugar de mostrar interés por tu salud pareciera ser un papá neurótico que se ha enojado porque estás enfermo y te va a castigar? Todas estas personas aunque sepan hacer su trabajo y cumplan con sus deberes están dañando sus buenas obras y dejando una pésima imagen en la gente que atienden, sencillamente porque tienen una mala actitud. Y lo mismo pasa en la vida espiritual del cristiano, podemos obedecer a Dios, pero hacerl...